Pancartas contra la monarquía, grupos manifestándose en contra, quemas de fotografías, declaraciones polémicas desde grupos independentistas hasta personajes de extremísima derecha...
¿Significa todo esto una campaña de desprestigio hacia la corona?; ¿acaso los cimientos de esta institución están más cuestionados ahora que nunca?; ¿qué papel juegan las televisiones en todo esto?.
En mi opinión, el problema está en el pábulo que se le pueda dar a determinadas situaciones, y el hecho de que de pronto los insultos a la monarquía (que los ha habido siempre por igual) resultan un jugoso filón sensacionalista para las televisiones. Es decir, han surgido varios programa, con el cliché de "dignos" y de serios, como "está pasando", o "la Noria", que han rechazado otro tipo de prensa rosa, y explotan temas que antes pasaban desapercibidos, pero con la misma chabacanería y sensacionalismo barato, pero camuflado.
Hace unos años, Anasagasti realizó unas controvertidas declaraciones sobre la monarquía, que cayeron en el olvido y a las que los medios no dieron eco.
Ahora, cuatro energúmenos queman una foto del rey, y lo vemos durante un sólo día en hasta cinco programas distintos de una sola cadena. Concretamente, y para que no parezca que exagero, en Telecinco se habló del tema en "el programa de AR", "informaticos Telecinco medio día", "aquí hay tomate", "está pasando", e "informativos Telecinco noche", en un mismo día!. Lo mismo ocurrió en el resto de cadenas.
Esto da pie a un debate recurrente, con el que personajes como Ana Rosa Quintana y programas como "la Noria" gozan muchísimo. Y por supuesto, ese tipo de manifestaciones republicanas, tras haber conseguido su objetivo de salir a la luz, se multiplican.
Curiosamente en estos programas suelen defender a capa y espada la monarquía, sin darse cuenta que ellos son los que más daño le están haciendo a esa institución.
Si a eso le sumamos que personajes de la calaña de Jiménez Losantos se suben al carro para dar la nota, señores, tenemos debate.
Por último quiero aclarar que a mí me gusta que haya debate sobre la monarquía, una institución absurda e impropia de una democracia.
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